viernes, 29 de junio de 2018

EL NACIMIENTO DEL NUEVO PUNK EN CAMBOYA. Julio, 2018



No quiero empezar ésta traducción sin antes contextualizar la historia política a la que nos enfrentamos cuando hablamos de Camboya (Cambodea, Kampuchea). Dejo en claro esta necesidad pues la situación histórica del país es tan complicada y oscura como nos lo ha presentado la historia oficial, y desde su centro se puede desligar una sucesión de tragedias humanas que dejarían silente hasta al más seudo nihilista punk occidental que hoy se pasea por las calles despotricando contra todo lo que su situación social le plantea, sin siquiera tomarse un minuto para reflexionar sobre los privilegios que le ha tocado.

Dentro del texto que sigue, se menciona a los Jemeres y a los Khmer, las dos etnias predominantes del país que fueron las bases fundacionales de la historia camboyana, quienes confundidos dentro de todo el fenotipo indochino (que abarca India, Thailandia, Filipinas, Vietnam, Camboya, Singapur, China y Korea) fueron quienes más rápidamente se exterminaron entre sí en los períodos comprendidos entre 1970 y 1978, llegando a contarse más de la mitad de la población asesinada en diversos conflictos durante el auge de la Guerra Fría.

El conflicto nace especificamente en medio de la liberación de Vietnam, cuando una fracción del Viet-Cong (constante y erróneamente sindicado como el brazo armado del Partido Comunista del Viet-nam, pero que en realidad corresponde al voluntariado militar que buscaba la independencia del país) decidió ocupar parte del territorio camboyano fronterizo con Viet-nam del Sur (el ala del país ocupada por Estados Unidos) para crear un segundo frente de ataque, en 1964.

Nixon, presidente de USA, decide bombardear Camboya sin presentar siquiera una declaración de guerra formal, en 1969, extendiendo el ataque durante los siguientes cuatro años. Esto provoca que el rey de Camboya Norodom Sihanouk escape del país disfrazando su huída como una “gira internacional”. En su ausencia, el líder militar Lon Nol llevó a cabo un alzamiento que depuso al rey y proclamó la República Khmer.

El núcleo del Partido Comunista Camboyano se formó a raíz de la inestabilidad en Indochina, y fue un protegido del Vietcong desde el principio. Las guerrillas camboyanas que lideraban Pol Pot y Ieng Sary entre otros, llevaron a cabo una guerra de hostigamiento contra la República Khmer a la vez que permitían el paso de tropas norvietnamitas a Vietnam del Sur.

De esta forma, los jemeres abanderados bajo la bandera del Partido Comunista (quienes hasta el último momento negaron su implicación ideológica, pero que fueron denominados como Jemeres Rojos) cuidarían la imagen del depuesto rey, quién fue considerado como el motor principal del movimiento comunista camboyano hasta su muerte en 1975.

Una vez alcanzada la victoria por parte del Vietnam del Norte por sobre Estados Unidos en 1973, la República Khmer quedó abandonada a su suerte. El 12 de abril,los EEUU evacuaron a todo su personal diplomático y a sus ciudadanos en la llamada Operation Eagle Pull. Apenas cinco días más tarde, los Jemeres Rojos tomaban Phnom Penh e instauraban la Kampuchea Democrática (República Democrática de Camboya).

La principal característica del inicio del imperio de Pol Pot fue la ruralización forzada del país, lo que llevó a evacuar forzosamente la capital Phnom Penh, y la instauración del modelo Norodom Sihanouk como la forma ideal de administración del país, transformando todas las formas de economía que no fueran la agricultura en maneras ilegales y que, por tanto, podrían ser juzgadas como desobediencia a las nuevas directrices instauradas por el nuevo gobierno, pudiendo ser castigadas con la prisión o el fusilamiento.

Sospechando de sus vecinos y antiguos aliados norvietnamitas, Pol Pot se situó al lado del maoísmo chino en la escisión que tuvo lugar entre los países comunistas a la muerte de Stalin, mientras la URSS mantuvo su alianza con Vietnam en contra de China. Los viejos aliados se convirtieron en enemigos, y las purgas se extendieron al Angkar (Angkar puede traducirse como el boureau, es decir, la base central del mismo Partido Comunista).

El genocidio camboyano, se calcula, acabó con la vida de 1,7 millones de personas, aproximadamente la cuarta parte de la población. Las cifras, sin embargo, son aún más dramáticas según el sexo: uno de cada tres hombres camboyanos murió a manos de los Jemeres Rojos. La ruralización forzosa se materializó en campos de trabajo donde se trabajaba 20 horas de 24, con un día de descanso cada diez, y donde un gran número de personas murieron de inanición o de puro agotamiento. En las ciudades abandonadas, el régimen creó prisiones y centros de exterminio como la famosa prisión-museo de Tuol Sleng, donde se dice que murieron aproximadamente 20.000 prisioneros, y de la que sólo escaparon doce personas con vida.

Durante los años en que los Jemeres Rojos ostentaron el poder, tanto los vietnamitas como los chinos intentaron ocultar por todos los medios las barbaries de sus protegidos.

En Diciembre de 1978, un ejército vietnamita invadió Camboya como venganza por los asaltos de los Jemeres Rojos a las aldeas fronterizas. En aquella ocasión, la brutalidad de Pol Pot espantó de tal forma a sus aliados más poderosos que incluso China permitió que los Jemeres cayeran en desgracia sin enviar soldados a defender a su marioneta maoísta. Fue sólo entonces cuando los vietnamitas, con el fin de limpiar su imagen frente a la opinión pública, publicaron imágenes y datos sobre las atrocidades del régimen camboyano. En esta ocasión, sin embargo, el rechazo y la oposición a que se juzgasen a los líderes Jemeres vino de Occidente.

La invasión forzó a los Jemeres Rojos a refugiarse en las junglas, donde hostigaron a las tropas vietnamitas. Tanto Tailandia como China no se encontraban cómodos con un ejército aliado de la URSS en territorio camboyano. Ambos estados encontraron apoyo en EEUU e Inglaterra, países que, a pesar de haberse opuesto a los Jemeres Rojos, no querían hacer peligrar su relación con China, que en aquellos momentos ejercía un papel como contrapeso de la URSS.

La llegada de la misión internacional y la creación de una monarquía constitucional no trajeron consigo la deseada persecución legal. Norodom Sihanouk protegió a los Jemeres Rojos, a los que antaño había liderado, y el país se transformó en un régimen que algunos han calificado de corrupto y nepotista.

Tras el derrumbamiento de la URSS y la intervención de Estados Unidos, Camboya debió pagar las consecuencias de haberse enfrentado a todas las alas protagonistas de la última etapa de la guerra fría (incluido el Vietnam), y como tal, la miseria más abrupta invadió el país hasta nuestros días.

He querido hacer esta introducción porque el artículo que en esta ocasión he traducido no logra dar dimensión de las raíces de una situación que no es simplemente económica, sino que desmenuza un conflicto étnico y -sobre todo- político.

Cuando intento posicionar al Punk como una expresión propia de las clases bajas, de los pobres, no es por una inclinación tendenciosa ni partidaria: el siguiente artículo demuestra como es que este tipo de música y todas las ideas que acarrea son fehaciente expresión del despojo y las miserias más profundas, y de como aun cargando con ese peso, puede ser un escape y una construcción sincera y poderosa ante el mundo que se nos presenta ante los ojos.

Crudo soy zine

Traducido desde: http://www.kerrang.com/features/scene-spirit-the-new-punk-uprising-in-cambodia/

Escrito por: Jak Hutchcraft

Fotos: Steve Porte



Para entender y apreciar completamente la nueva escena rock de Camboya, es necesario entender un poco de la historia del país devastada por la guerra y la pobreza. A través de genocidios, guerras civiles, ocupaciones extranjeras, levantamientos, corrupción, enfermedades y pobreza, los resistentes y orgullosos jemeres han logrado sobrevivir y reconstruir Camboya. Tras el genocidio de Camboya, en el que tres millones fueron asesinados por su propio gobierno entre 1975 y 1979, el 68% de la población tiene ahora menos de 30 años. Los horrores en el país durante el siglo pasado anularon cualquier posibilidad de una escena musical alternativa. 





Una bella pero breve escena de rock psicodélico Khmer floreció de 1967 a 1970 durante la Guerra
de Vietnam, pero no ha habido nada desde entonces, dejando a Camboya como una "tierra arrasada" cultural y literalmente, durante muchos años. Desde 1985 tienen al mismo primer ministro, Hun Sen, dirigiendo el país y ahora es el jefe de gobierno que más tiempo lleva en el mundo. A través de la corrupción, la violencia y simplemente negándose a renunciar, su posición parece segura, por ahora.

Desde las cenizas del oscuro pasado del país, inesperadamente ha aparecido una escena de rock y metal. Bandas raras y furiosas como Sliten6ix, Doch Chkae y Nightmare A.D., junto con Yab Moung Records, el único sello discográfico alternativo en Camboya, están cambiando el panorama cultural del país.

Como nunca ha habido una escena de rock en Camboya, las bandas jóvenes no tienen influencias musicales directas. Sin embargo, esto no parece detenerlos.

"Creo que la televisión y la Internet me han ayudado a señalar la música hardcore", dice Vantinn Hoern, el cantante de Sliten6ix, que nombra a Converge, Darkthrone, Full Of Hell, Electric Wizard y Slipknot como bandas de las que se inspira a través de YouTube. "Pero no tiene que ser metal, hardcore o punk.¡Ampliar tus horizontes!"

Sliten6ix fue la primera banda de metal de Camboya y comenzaron en Phnom Penh en 2011. Han lanzado dos EP y se han presentado en el país profusamente en los últimos cinco años. Solían tener una canción de metal sobre Pol Pot. "Escribí esa canción por mi madre", dice Vanntin. "Ella me contó sobre sus experiencias cercanas a la muerte durante el Khmer Rouge".

Su último lanzamiento, Hiraeth es un disco oscuro y agresivo, que combina el black metal con el hardcore, y cargado de explosiones y un enojo del sudeste asiático.

El poeta punk, Myles Rattle, se mudó a Pnom Penh desde Australia en 2012 y abrió un bar de rock llamado Show Box. Hablamos con él por teléfono en su nuevo hogar en Qatar.

"Cuando llegué a Camboya no había apoyo para las bandas jemer en absoluto, ni siquiera se les pagaría por conciertos, pero las bandas de covers de expatriados lo harían", explicó. "Para ayudar a la escena, tenía un precio Khmer y un precio occidental por el alcohol para poder alentar a la gente de las bandas y los punks locales a beber en el bar. Simplemente no tenían el dinero para pasar el rato en los bares ".

Llegó a conocer a los punks locales y, junto con Sliten6ix y Anti-
Fate (la primera banda de punk de Camboya), comenzó Yab Moung Records. El nombre 'Yab Moung' es un improperio que significa 'dolor en el culo' en khmer. En los primeros días del sello recorrieron la costa este del país, recogiendo seguidores entre las comunidades de expatriados y locales. 

"Todo el dinero va a las bandas, no comenzamos el sello para ganar dinero". Lanzamos todo on line. No puedes ganarte la vida en Camboya estando en una banda alternativa. Bueno, nadie lo ha hecho todavía ... "

La pobreza es un obstáculo para los khmer que persiguen la música, y muchos se enfrentan a la presión de sus familias para comenzar a trabajar desde una edad temprana. Myles explicó que los jóvenes a menudo tienen que ayudar financieramente a sus padres y abuelos, así como a ellos mismos. Sin embargo, gracias a programas y ONG como MAP Cambodia, los jóvenes sin hogar y pobres pueden involucrarse en la música más fácilmente. 

Theara Ouch de Doch Chkae explicó que todos los miembros de la banda son huérfanos y se unieron a través de una ONG.

"Me enteré de la música después de que mi amigo me mostró Rage Against The Machine y Slipknot en YouTube", me explicó. "Los tres de nosotros en la banda hemos tenido la misma vida difícil y dura. Los tres no tenemos madre ni padre, pero a todos nos gusta la misma música ".

Doch Chkae han estado juntos durante tres años y es la primera y única banda de Death metal Khmer. Su fiera adolescencia se puede escuchar en su rugiente y hostil canción debut Kam Knea Doch Chkae

En una cortometraje hecho sobre ellos, Theara describe tener una "vida de perros" cuando él y sus compañeros de banda trabajaban como "recicladores", buscando comida cuando crecían. Esto, explica, es la razón por la que eligieron el nombre Doch Chkae, que significa 'perro' en khmer. Muchos niños fueron desplazados después de las guerras y el genocidio en el país. El país cuenta con más de 500 orfanatos ahora, pero la investigación muestra que hay niveles alarmantes de corrupción y explotación que tienen lugar dentro de ellos. Esto se debe principalmente a la pobreza arraigada en el país, junto con la demanda occidental de adoptar niños, el "volunturismo" y las donaciones a ciegas.

La corrupción ha sido identificada en la forma de los administradores del orfanato desviando donaciones para sí mismos, mientras que matan de hambre a los niños y los mantienen en condiciones miserables. También se ha informado en forma de tráfico sexual, doméstico y laboral.

En declaraciones a The Guardian, se citó al jefe de comunicaciones camboyano de Unicef, Iman Morooka, diciendo: "Vemos orfanatos que se han convertido en atracciones turísticas y en muchos casos no hay una verificación de antecedentes rigurosa de los que tienen acceso a las instalaciones. Esto pone a los niños en riesgo de explotación y abuso sexual ".

El turismo sexual con niños y la trata de personas son problemas en Camboya con el país registrado en la 'Lista de vigilancia de nivel 2' de la Ley de Protección de Víctimas y Tráfico de Estados Unidos. Es ampliamente reconocido como un punto de acceso para la explotación sexual infantil, junto con países como México y Tailandia, y se estima que un tercio de todas las prostitutas en Camboya tienen menos de 16 años. 



"Cuando grito en mi banda, quiero contarle a la gente sobre nuestras vidas difíciles", dice Theara. "Cuando éramos niños no teníamos comida, ni hogar, ni lugar para dormir. Cuando canto al respecto, ya no siento el estrés en mi corazón ".

Sochetra Vartey es el gerente del sello en Yab Moung, pero también toca en una banda ella misma, bajo el nombre Vartey Ganiva (malvado esposo). Su canción Evil Husband es un himno feminista de empoderamiento contra la opresión, un mensaje que es especialmente importante en Camboya, donde la prostitución es la única opción para escapar de la pobreza de muchas mujeres. El sello discográfico lo describe como "un lamento de corazón punzante dirigido a los adictos al sexo abusivos que simplemente no se puede colgar".

Sin embargo, Vartey no es la única mujer en el país que usa su música para luchar contra la opresión. Mia Priest es una mujer transgénero que canta en una banda de thrash metal llamada Nightmare A.D ..
"Desde un punto de vista anarquista, estoy realmente en contra del fascismo, la tiranía y las dictaduras", dice ella.

"El gobierno que tenemos aquí es bastante fascista y la oposición también es realmente derechista, así que es una situación perdedora para Camboya".

Mia explica cómo la gente no puede ser abiertamente política en público o participar en protestas, describiendo la reciente decisión del gobierno de cerrar varios canales y estaciones de radio nuevos como un intento de "callar a la gente".

La vida es difícil para las personas transgénero Khmer porque es un país tradicional y son "despreciadas por los lugareños", según Mia. Como expatriada, originaria de Singapur, no sufre la misma discriminación que otros, pero eso no quiere decir que haya tenido una vida fácil.

"Mi viaje ha sido infernal. Intenté suicidarme un par de veces y sufrí abusos cuando era más joven. Mi vida no ha sido muy ... florida ", explica.

"Eso es sobre lo que me gusta cantar en nuestras canciones. Esta música es una expresión del alma. Una expresión de mis emociones en carne viva ".

En todas las conversaciones que tuvimos con los rockeros en Camboya, todos compartieron la misma esperanza de que a medida que crezca la escena, más gente Khmer encuentre su voz a través de la música. Lo que le falta en el número de bandas y fanáticos, gana en su crudeza e intimidad. 


Después de pasar meses hablando con un puñado de personas que conforman la escena, lo que más llegó fue que todos luchaban esencialmente por la libertad. Luchando para liberarse de su historia, libre de su gobierno, libre de ser lo que quiere ser. Sin embargo, a diferencia de los conflictos del pasado, en esta lucha no están armados con armas, están armados con micrófonos e instrumentos.

viernes, 8 de junio de 2018

SUDAMERICA EXISTE: COMPILANDO LA HISTORIA DE LAS MUJERES EN EL PUNK SUDAMERICANO. 2018



El compilado SUDAMERICA EXISTE reúne diversas grabaciones de bandas del continente, todas con una característica principal: la participación de mujeres en el line- up. Si nos ponemos a pensar, el asunto de las mujeres en el punk actualmente está un poco más descubierto o accesible, con el paso de los años las mujeres se animaron mucho más a tocar en bandas, incluso hay una intención clara de armar bandas formadas exclusivamente por mujeres o con una predominancia mayor en el line- up, todo esto dentro del Hc Punk, obviamente. Pero a finales de los 80 o inicios de los 90 la cosa era bien diferente, y si ya es trabajoso reunir bandas punk de cada país, mucho más lo es cuando tienes esta fijación en el género.

En este sentido es que este compilado, realizado por Nathalia Viccari, una punk brasileña radicada en Argentina, tiene tanta importancia. No se trata sólo de un trabajo que cubra el asunto feminista que hoy en día está tan en boga para la mayoría de la sociedad (y que es algo en lo que el punk ha estado envuelto desde siempre), sino que este compilado rescata una parte importante de la historia de nuestro Punk.

El compilado está disponible para ser revisado en sudamericaexiste.bandcamp.com

Esta entrevista fue realizada por el perdiodista Daniel Moura en enero del 2018. Fue traducida al español desde el sitio thesparkmag.com


Nathalia Viccari finaliza las notas de su nueva compilación Sudamerica Existe (Sudamérica existe) con la frase "Punk Sem Fronteiras" (Punk sin fronteras). Como sugiere la expresión, la colección se centra en tender puentes entre las comunidades punk sudamericanas, a menudo divididas por fronteras imaginarias, y cuyas historias musicales a veces se borran debido a las estructuras políticas opresivas y la falta de recursos. Viccari se centró aún más en la compilación de las primeras bandas de cada país conformadas, al menos en parte, por mujeres, convirtiéndose en la primera recopilación dedicada a la historia de las bandas de punk con mujeres de toda Sudamérica. Ella señala el desafío de reunir un proyecto que trabaja en contra de la historia tan arraigada, diciendo que era "muy difícil encontrar cualquier investigación centrada en los comienzos de la participación femenina en el punk en América del Sur".


Viccari es una punk brasileña, ahora radicada en Argentina, que tocaba la batería en RAKTA, una banda post-punk de São Paulo. Después de mudarse a Buenos Aires y darse cuenta de que no conocía muchas bandas locales, se inspiró para comenzar a investigar grupos de todo el continente.


La compilación presenta 10 canciones, una de cada país: Argentina, Colombia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Perú, Chile, Bolivia y Venezuela. Las grabaciones abarcan desde 1984 hasta 1998, lo que nos da una idea de las raíces de las primeras bandas de punk femeninas en cada país. Ella dice que espera que la compilación sea, "la primera de muchas", y que espera, "instar a los vecinos punk a ponerse en contacto y obtener más compilaciones como ésta".


- Cómo te involucraste con la música y cómo fue ese proceso de mudarte de Brasil a Argentina?


Desde que era una niña me gustaba ir contra la corriente. Cuando estaba en octavo grado, un tipo punk se mudó a mi clase a mediados de año y esa estética totalmente diferente llamó mi atención de inmediato. Con el tiempo me metí en las bandas y pude profundizar en ese universo, que solo me trajo cosas buenas hasta hoy. Una de esas cosas es mi compañero. Se fue de gira con su banda a Argentina a Brasil y como tenemos muchos amigos comunes, pasamos un buen rato. El resto es una historia de amor. Básicamente, es por su "culpa" que salí de São Paulo y fui a Buenos Aires.


- En la página de Sudamerica Existe Bandcamp, escribes sobre la serie y el Volumen 1. Cuéntanos un poco más sobre la idea general de la compilación.


Parte de la idea es crear comunicación entre los países. Algo así como, un punk de Bolivia metiéndose en las bandas de Uruguay, etc. También, para poner a Sudamérica en el mapa, para crear más visibilidad, para que la gente del exterior pueda notar que tenemos algo sucediendo por aquí también.


- ¿Puedes comentar sobre las pistas y bandas en la cinta? Año de grabación, país, contexto histórico?


Hubo bandas y países que fueron muy fáciles de investigar, como Argentina, Brasil, Colombia y Perú. Pero Bolivia casi me hizo renunciar a todo, era casi imposible encontrar bandas bolivianas. No porque no existieran, simplemente nunca grabaron porque no tenían los recursos. Entendí que en Bolivia el punk solo llegó en los 90, pero no se volvió tan popular como el rock gótico o el Heavy Metal. Hoy en día hay grandes festivales de Metal femenino allí. Entonces, la única banda que pude encontrar fue una Post-Punk con grabaciones de casi 2000 llamadas Autorev. Pero también encontré muchas bandas de Metal femeninas.


Chile también fue muy difícil. La dictadura duró hasta 1990, causando que las primeras bandas de punk aparecieran mucho más tarde. La banda que elegí, Emociones Clandestinas, solo incluyó a una mujer en la grabación de la demo de 1985-86, luego lanzaron un álbum en 1987 sin la ex cantante Carmen Gloria Narváez. Después de que ella se fuera, se convirtieron en íconos del pop rock chileno y una de las bandas más exitosas del país. Que irónico. Países como Paraguay y Ecuador, donde las mujeres eran coristas, guitarras y bajistas, me hicieron ampliar la selección de bandas, así que acepté la participación femenina en la banda en general, no solo como vocalista.


Lo más difícil fue encontrar una buena calidad de audio de algunas bandas, como la pista uruguaya de Polución Sonora que fue sacada de una cinta ya dañada.


- Dices antes de comenzar la compilación que no conocías muchas bandas en América del Sur y que es evidente que aprendiste mucho personalmente. ¿Es eso algo que te ha impulsado, además de la motivación política que existe al hacer esta incisión regional y de género dentro del punk?


Por supuesto. Todo comenzó como una investigación personal y cuando comencé a tener algunas dificultades para encontrar una banda u otra, sentí la necesidad de compartirla con el mundo. Aparte del hecho de que es muy fácil encontrar "historias punk" en varios países de América del Sur, pero rara vez tienen siquiera un capítulo que se acerque a la participación femenina. Así que fue mucho más difícil de lo que imaginé al principio, porque cuando busqué bandas antiguas en tales historias, los grupos eran casi un 99 por ciento formados por hombres.


- ¿Cuáles fueron los principales medios que utilizaste para hacer la investigación?


Siempre he usado la ayuda de amigos y amigos de amigos, a veces búsqueda en Google utilizando varias etiquetas diferentes, pero lo que realmente me ayudó fue esa red de amigos.


- Algunas bandas solo lanzaron demos o aparecieron en colecciones de esos años. ¿Cuán oscuros o populares eran los grupos en sus países?


Todas las bandas eran conocidas por un amigo mío del país de origen, pero no sé si eran muy populares o si mis amigos son solo unos buscadores de punk. No creo que mi investigación esté completa aún. En el primer momento fue hecho apresuradamente, porque iba a viajar y quería tener el material conmigo, pero también la decisión de publicar algo que no estaba completamente terminado era poder comenzar la comunicación con personas que conocen otras bandas u otras historias. En el fondo, espero ese momento en el que alguien me dice: "Esta no es la primera banda con participación femenina", y que hay otras bandas además de las que incluyo en el Volumen 1, por lo que podemos tener una actualización.


- Todavía sobre el tema de la participación femenina y el punk sudamericano: la mayoría de las bandas de la compilación aparecen entre la segunda mitad de los 80 y principios de los 90. Si consideramos los últimos años 70 como el comienzo del movimiento aquí, esos son unos diez años de diferencia. ¿Crees que la participación más evidente de las mujeres en este período está relacionada con un momento de un poco más de igualdad de género y libertad de expresión, con, por ejemplo, el fin de las dictaduras militares en América del Sur?


En realidad, creo que gran parte del punk era desconocido porque nunca fue grabado. El primer gran disco punk en Brasil fue lanzado en 1982. Sabemos mucho de boca en boca o registros que pocas personas tenían. Creo que puede haber bandas con participación femenina antes de eso y esto es algo a lo que quiero acceder. Quizás después de las dictaduras las cosas se hicieron más evidentes y las bandas tenían más recursos para grabar.


- ¿Hay planes para un segundo volumen o nuevas ideas sobre temas? ¿Qué hay de lanzarlo en otros formatos además del cassette?


Con el Volumen 1 el objetivo es ir a una investigación más profunda y luego hacer esa "actualización" con más bandas por país y tal vez incluso lanzarla en vinilo. Para el Volumen 2, comencé la investigación de bandas queer de toda Sudamérica. Todavía no tengo idea para el Volumen 3, pero sé que en algún momento lo obtendré.

jueves, 7 de junio de 2018

"¡En este país no hay libertad!": sobre cómo los punks de Tailandia están conspirando contra la junta. 2018.


"¡Han pasado cuatro años, hijo de puta!" - así es como un grupo de punks tailandeses promocionó su concierto, a principios de este mes, marcando el cuarto aniversario del gobierno militar en el país.
El eslogan provocador, dirigido al líder de la junta, Prayuth Chan-ocha, ayudó a que la página de Facebook del evento se volviera viral, despertando el interés de los activistas prodemocráticos y poniendo la pequeña escena subterránea en el punto de mira nacional.
Una multitud más grande de lo habitual apareció en el concierto, que se celebró en un monumento conmemorativo de las protestas dirigidas por estudiantes en 1973. Esas protestas lograron derrocar a una dictadura militar despreciable, pero solo después de que las tropas abrieron fuego contra la multitud, matando al menos a 77 .
Esas atrocidades son un horror recurrente en Tailandia, donde el estado también asesinó a su propia gente en 1976, 1992 y en 2010, cuando alrededor de 90 manifestantes pro-democracia de "camisa roja" fueron asesinados durante las operaciones militares dirigidas por el General Prayuth.
Sin embargo, en 2014, Prayuth se reclinó y observó cómo las protestas rivales contra el gobierno electo de Yingluck Shinawatra, a quien apoyaban las camisas rojas, paralizaron Bangkok. Cuando finalmente intervino, no fue para apoyar al gobierno, sino para hacerse con el poder. Aunque la junta tiene sus partidarios, la oposición es generalizada y solo controlada por la opresión. Las elecciones se han prometido para 2019, pero incluso si continúan, las señales son que Prayuth apunta a usarlas como una forma de legitimar su poder y mantener el control.

Fuera del concierto, la policía uniformada montaba guardia pero permitía a las personas entrar y salir libremente. Agentes encubiertos trabajaron adentro, filmando y tomando fotos. Entre la multitud de chicos punk había algunos incondicionales del movimiento prodemocrático, deseosos de participar en cualquier actividad contra la junta, incluso si eso significaba someter sus oídos a música ruidosa y extraña. Reconocí a un grupo de mujeres mayores, conocidas como "tías" en tailandés, que sabía que eran activistas de los camisa roja.
Una de ellas, una enfermera de unos 60 años que vive en las afueras de Bangkok, me dijo que no tenía idea sobre el punk, la música country tailandesa es más su estilo, pero llegó porque está enojada por el estado del país. "Han pasado cuatro años de gobierno militar ahora", se quejó. "Necesitamos elecciones".

Mientras bandas como Shock Shuck y Drunk All Day trataban a la multitud con riffs de tres acordes y improperios de cuatro letras dirigidas a Prayuth, conversé con uno de los organizadores del evento.
"La escena punk tailandesa en el pasado solo se ha preocupado por las fiestas", dice hesays. "Organicé este evento porque creo que el punk debería ser rebelde. Me preocupo por la libertad y los derechos "

La banda de thrash metal Killing Fields ciertamente no tocan música de fiesta. Sus letras e imágenes se ocupan de los períodos oscuros de la historia tailandesa, como la masacre de estudiantes en la Universidad Thammasat en 1976, que sigue siendo un tema bastante tabú en Tailandia. Una espantosa foto de la atrocidad será familiar para los fanáticos de la banda de punk estadounidense Dead Kennedys.
Blood Soaked Street of Social Decaya y Anarthipathai (Thai for anarchy) tampoco
son entretenimiento ligero. Ambas bandas tocaron sendos sets de grindcore cargado políticamente que hicieron bailar a la multitud, con docenas de pares de Dr Martens, Converse y Vans pisoteando furiosamente una pancarta anti-Prayuth colocada en el suelo.
Mhee, el baterista y portavoz de Blood Soaked Street of Social Decay, a menudo llamado BxSxSxSxD, es pesimista sobre las perspectivas políticas de Tailandia. "Todo el mundo avanza, pero aún estamos atrapados en el mismo lugar", me dijo, refiriéndose al círculo vicioso de elecciones, golpes de estado, protestas y masacres del país. Él desconfía de todas las formas de autoridad pero reconoce que "la democracia es el sistema 'menos peor' porque permite la rendición de cuentas. Con una dictadura, no puedes controlarlos o criticarlos ".
La música no ha sido tan política en Tailandia desde el tumulto de la década de 1970, cuando bandas como Caravan surgieron del levantamiento popular y fueron pioneros en una ola de folk-rock socialmente consciente, conocido en tailandés como "canciones para toda la vida". Pero después del trauma de la masacre de estudiantes de 1976, el movimiento progresivo se cansó y la contracultura pronto se desvaneció.
Desde los años 80, la música tailandesa ha estado dominada por el pop suave y el rock suave, produciendo canciones de amor con la misma entrega vocal azucarada. Cuando las culturas juveniles se importaban del extranjero (punk, metal, indie, hip-hop) el estilo se imitaba a la perfección, pero la sensación de rebelión a menudo parecía haberse perdido en el camino. "Los chicos tailandeses simplemente no están interesados en la política" es un estribillo común.
Pero una crisis política profunda y prolongada ha convulsionado a Tailandia durante más de una década. Y aunque la generación más joven parecía desinteresada al principio, hay indicios de que esto podría estar cambiando. Desde el golpe de 2014, los jóvenes tailandeses han liderado valientemente el pequeño pero decidido movimiento de resistencia en su contra.
Y si el punk no es lo tuyo, entonces la política también ha aparecido en otras formas culturales juveniles: un cuarto de millón de personas siguen las comedias satíricas de "kai meow" (bolas de gato) en Facebook; una escena vibrante de arte callejero ha comenzado a apuntar a la junta con murales; los aficionados crean juguetes de diseño políticamente temáticos que se pueden vender en minutos, y un joven activista de género hizo recientemente un juego de mesa de estilo retro que se burla de la política regresiva del país.
Tales ejemplos pueden no ser indicativos de lo que está haciendo el joven tailandés promedio, pero ese es el punto. Estos son los creativos, los influenciadores sociales y los que establecen las tendencias: ser subversivo es lo que hacen los chicos geniales.
Mhee piensa que Internet le ha dado a la gente una voz más grande. "Los jóvenes siempre han estado interesados en la política", dice. "Pero ahora tienen un espacio para transmitir lo que piensan al público, para que otras personas puedan apoyar su opinión".
Las redes sociales ciertamente ayudaron a las bandas en el concierto de "cuatro años" a llegar a un público más amplio; primero al promocionar el concierto, y luego, cuando los clips y las fotos del clímax dramático del evento se volvieron virales.
Cuando los cabezas de cartel Anarthipathai terminaron su set, se hicieron intentos de prender fuego a la pancarta anti-Prayuth, pero resultó ser notablemente resistente a las llamas, una metáfora perfecta para un país que lucha por liberarse de un dictador obstinado.
Para adaptarse a la demora, la banda se movió sin esfuerzo desde D-beat hasta slow psych jam, dando a los dos punks más tiempo para apagar el estandarte en un fluido más ligero para que se queme. Cuando las llamas finalmente envolvieron la cara del dictador, la multitud vitoreó y el espectáculo terminó.

La policía inmediatamente se abalanzó para hacer arrestos. Alrededor de una docena de punks fueron conducidos a la parte posterior de una camioneta de la policía mientras la multitud reprendía a los oficiales.
"¡Solo en Tailandia! ¡Este país no tiene libertad! ", Chilló una de las tías de camisa roja.
"¿Estás orgulloso de ti mismo? ¿Estás orgulloso del trabajo que haces? ", Gritó una joven punk a la policía.
La atmósfera era tensa, pero cuando el vehículo se salió, un punk sonriente en la parte posterior gritó: "¡Democracia para siempre!" Y un gran aplauso llenó el aire, seguido por la risa. El Punk ha pasado por muchas cosas a lo largo de las décadas, pero aún no está muerto, al menos no para las personas que aún creen en él, y lo mismo es cierto para la democracia tailandesa.